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jueves, 31 de marzo de 2011

Hasta los huesos.

- Sé que es típico pero, ¿serviría de algo si te digese que, nadie va a sentir por ti lo que yo siento?
- Y yo sé que es así pero, ponte en mi lugar, sólo por un momento, lo que tu sientes por mi, es lo que siento yo por ella, no creo que nadie le pueda dar tanto como yo le ofrezco, le bajaría el sol y la luna, se lo daría todo, absolutamente todo- entonces, mientras el bajaba astros para su amor, a ella se le cayó el mundo, eso, y un par de lágrimas, seguidas de un rotundo silencio.

Pues el tiempo seguía avanzando, los días, los meses... La vida transcurría, la de todos, la de ella en cambio; sólo avanzaba a su alrededor. Totalmente estancada, a pesar de su juventud no veía ningún tipo de luz al final del.. ¿tunel? no creo que tunel sea la palabra acertada, los tuneles acaban, llamémosle a esto; agujero negro.

Hasta que un día, uno quizá bueno o quizá malo, regresó.
Como si nada hubiese pasado, y en cierto modo era verdad, en su vida no había pasado nada, nada había cambiado, pero el volvió a tocar en su puerta.
Ella no cabía en si misma de su asombro, asombro y rabia, le explotaban por cada uno de los poros, se extendían por su cuerpo a medida que él le sonreía y trataba de disculpar los errores del pasado, intentaba enmendar su huída tras ver la verdad de la otra chica, tras ver que no era como el esperaba, después de tantos años consiguió ver lo que había tras la máscara y ella, respirando hondo e intentando recuperar su tranquilidad de los últimos años, sin demasiado éxito dijo;
- Dime tu que vas ha hacer o decir si el daño ya está hecho, ahora lo que quiero es olvidarme de ti.¿Que haces aún en mi puerta? ¡Fuera!

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